domingo, 22 de marzo de 2009

TEMA 2: GENERO Y DESIGUALDAD

“Género” se refiere a los roles, derechos y responsabilidades diferentes de los hombres y las mujeres, y a la relación entre ellos. Género no se refiere simplemente a las mujeres o los hombres, sino a la forma en que sus cualidades, conductas e identidades se encuentran determinadas por el proceso de socialización. El género generalmente se asocia a la desigualdad tanto en el poder como en el acceso a las decisiones y los recursos. Las posiciones diferentes de las mujeres y los hombres se encuentran influenciados por realidades históricas, religiosas, económicas y culturales. Dichas relaciones y responsabilidades pueden cambiar, y de hecho cambian, a través del tiempo.

Hombres y mujeres desempeñan roles diferentes tanto en el ámbito familiar como en el laboral y social. En el mercado de trabajo de los países desarrollados se observa una acusada segregación ocupacional a la vez que importantes desigualdades salariales entre hombres y mujeres. Las consecuencias de estas diferencias laborales se manifiestan a todos los niveles: económico, social, laboral, familiar, de salud entre otros quedando siempre las mujeres en desventaja.

Después de muchos años de supuesta igualdad e, incluso, con la existencia de leyes para asegurarlo, estamos todavía en situación de desigualdad profesional entre los hombres y las mujeres. Desde mi punto de vista creo que actualmente seguimos viviendo en una realidad en la que existen dos mundos paralelos: el de las personas y el del mercado. El primero se mide por los parámetros del desarrollo humano y el otro por las leyes del mercado.

La desigualdad de género es una de las más graves que se pueden encontrar en el mundo actual. En los países desarrollados, aunque no en todos, se han ido dando en los últimos tiempos avances hacia una mayor igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres. Sin embargo, según los Informes de Desarrollo Humano del PNUD, no hay ningún país del mundo en el que las mujeres dispongan de las mismas oportunidades que los hombres. La igualdad, en ocasiones, se ha conseguido en términos jurídicos, pero no reales. De modo que las mujeres ocupan menos cargos de responsabilidad, tanto en la política como en la economía, reciben salarios inferiores a los hombres en trabajos similares, les afecta en mayor medida el desempleo y cargan con la mayor parte del trabajo doméstico. Las mujeres que se encuentran incorporadas al mercado laboral se enfrentan a la doble jornada, a la del trabajo y a las tareas domésticas.

En los países subdesarrollados, por lo general, aunque esto depende de comportamientos religiosos, existe una gran discriminación de la mujer, hasta el punto de que hay países en los que no tiene acceso a la educación básica. En consecuencia, el analfabetismo afecta más a las mujeres y cuando saben leer o escribir padecen otras carencias educativas que las condenan a la realización de trabajos mal retribuidos y a la economía informal en bastantes casos. No disponen, por lo general, de capacidad jurídica y cualquier acto, ya sea casamiento, compra o venta, tiene que contar con la autorización del marido, padre o hermano mayor. Muchos puestos de la sociedad los tienen vetados. La mujer queda relegada a las tareas domésticas o a trabajos sin cualificar, que requieren muchas horas de trabajo y poco sueldo.

La desigualdad de género parece adolecer de unas condiciones intrínsecas, pues como señala con acierto Lourdes Benería en su extraordinario libro Género, Desarrollo y Globalización, "desde una perspectiva feminista, el capitalismo no es el único orden subyacente que debe preocuparnos. Las formas patriarcales, la desigualdad de género y la opresión de las mujeres pueden estar ligadas a diferentes formas de las instituciones capitalistas, pero también existen en otras formaciones económicas y sociales".

Para terminar me gustaría dejar constancia de estas palabras que llamaron mi atención al leerlas:


"El género es una construcción cultural; por consiguiente no es ni resultado causal del sexo ni tan aparentemente fijo como el sexo… Al teorizar que el género es una construcción radicalmente independiente del sexo, el género mismo viene a ser un artificio libre de ataduras; en consecuencia hombre y masculino podrían significar tanto un cuerpo femenino como uno masculino; mujer y femenino, tanto un cuerpo masculino como uno femenino".


Estas palabras que podrían parecer tomadas de un cuento de ciencia ficción que vaticina una seria pérdida de sentido común en el ser humano, no son otra cosa que un extracto del libro "Gender Trouble: Feminism and the Subversion of Identity" (El Problema del Género: el Feminismo y la Subversión de la Identidad") de la feminista radical Judith Butler, que viene siendo utilizado desde hace varios años como libro de texto en diversos programas de estudios femeninos de prestigiosas universidades norteamericanas, en donde la perspectiva de género viene siendo ampliamente promovida.

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