jueves, 4 de junio de 2009

TEMA 6: RIESGOS SANITARIOS DE LAS MUJERES EN PAISES SUBDESARROLLADOS

La lucha contra la pobreza, es sin duda el mayor reto que afronta la humanidad en este siglo. Tenemos que tener en cuenta antes de hablar de salud y pobreza, que la pobreza es un factor determinante para la salud de una persona.
Son muchísima la gente que viven en circunstancias precarias de pobreza, esto conlleva que pueden tener poco o ningún acceso a vivienda segura, agua limpia, instalaciones sanitarias básicas o cualquier tipo de atención médica. A menudo los niveles de educación en áreas pobres son bajos. Las personas pobres tienen una expectativa de vida más corta que las personas más adineradas, y más madres y niños mueren en las áreas pobres que en las áreas más ricas.
Según datos recogidos en países en vías de desarrollo, se ha demostrado que son las mujeres más ancianas las que más fácilmente pueden encontrarse en esta situación de salud inadecuada comparados con hombres en situaciones similares.

La pobreza está también relacionada con una alimentación y nutrición inadecuada y la salud de las mujeres mayores a veces refleja los impactos acumulados de dietas más pobres, por ejemplo cuando crían a sus hijos son muchas las que olvidan su propia alimentación y la sacrifican por la de su familia, para que estos no pasen hambre.
Otro factor determinante de la salud es la educación: los niveles de educación y formación entre las mujeres más mayores de los países en vías de desarrollo son bajos. Un incremento de educación en las mujeres mayores conllevaría beneficios sanitarios para ellas y sus familias. La carencia de agua potable segura, una repartición tradicional de las tareas caseras (entre las que se incluye también la recogida de agua como parte de las tareas femeninas), desastres medioambientales, así como el contacto con agua contaminada, pesticidas agrícolas y polución, todos ellos representan un impacto acumulado negativo sobre la salud femenina en los países más pobres.
También es muy importante tener en cuenta en estas áreas el problema de las enfermedades infecciosas. Debido al contacto entre personas que comparten la
vivienda y otros utensilios personales, y el tratamiento limitado de los desechos y de la basura facilitan la diseminación de las infecciones, incluidas las infecciones esparcidas por insectos. Las prácticas sexuales inseguras y la prostitución contagian las enfermedades de transmisión sexual; siendo el VIH uno de los más comunes y principales problemas de salud en estas zonas.

Por todo esto, y porque la personas que viven en estas áreas desprotegidas no tienen recursos ni acceso a una atención sanitaria preventiva y que los ayuden a mejorar sus condiciones salubres, debemos de luchar porque esto es un derecho de todos a tener una calidad de vida y de salud digna.

TEMA 6: GENERO, EMPLEO Y POBREZA

La pobreza está directamente relacionada con los niveles y patrones de empleo y las desigualdades que existen en la sociedad. Uno de los supuestos del trabajo decente es la eliminación de las desigualdades de género y la discriminación dentro del hogar, la comunidad, la economía y la política.

La pobreza continúa siendo un problema grave en gran parte del mundo. Según datos recogidos en el año 1997, un 44% de la población vivía bajo la línea de pobreza, afectando por mayoría al sector femenino.

Las desigualdades de género inciden en la pobreza de las mujeres y en su acceso desigual al poder y demás recursos para una vida digna. La feminización de la pobreza es un concepto que da cuenta de la incapacidad de satisfacer las necesidades básicas de mujeres, y la inequidad en la distribución de los beneficios socioeconómicos entre los sexos. Esto implica no solo la existencia de una mayor cantidad de mujeres pobres a nivel mundial, sino que también constituye una hipótesis acerca de la futura composición de la cohorte de los pobres.

La división del trabajo está relacionada a la pobreza de las mujeres, por las menores oportunidades de éstas para acceder a los recursos materiales y sociales y a la toma de decisiones en materias que afectan su vida y el funcionamiento de la sociedad, es decir, la responsabilidad que se le asigna a las mujeres en la mayor parte del trabajo es de tipo doméstico y de cuidado familiar (no tiene valor económico), mientras que el trabajo que puede desempeñar el hombre es mucho más técnico, se aprecia más y es más visible a nivel social. El trabajo que puede llegar realizar una mujer, ya sea dentro o fuera del hogar, puede ser igual o más duro que el del hombre y le dedican muchas más horas del día que ellos, ya que “no desconectan” en ningún momento. Pero la gran diferencia es que éste no es remunerado (quehaceres del hogar, cuidado de los hijos y ancianos, cuidado de la salud,etc.). Para amplios sectores de la población, esto impone restricciones a la participación de la mujer en condiciones de igualdad en el mundo laboral y genera una dependencia económica de la mujer con respecto al hombre.

Desde mi punto de vista, creo que las mujeres, especialmente las más pobres, tienen mayores dificultades para acceder al trabajo remunerado, debido a las barreras que le imponen sus tareas domésticas, su falta de formación e información o por pautas culturales que desfavorecen el trabajo femenino.

martes, 2 de junio de 2009

TEMA 5: INTEGRACION DE LA MUJER AL MUNDO LABORAL

Uno de los fenómenos socio- económico más importante en el papel que representamos las mujeres ha sido nuestra incorporación masiva al mundo laboral. Hemos pasado, a lo largo de la historia, de trabajar en actividades como la agricultura, artesanía, trabajos domésticos (según muchos propios de la mujer), a desempeñar importante trabajos e importantes cargos empresariales.
Aunque aún tenemos problemas y nuestras oportunidades no son 100% igual que las de los hombres, hemos conseguido gracias a nuestro esfuerzo y gran trabajo integrarnos de una forma autónoma y casi total en el mundo laboral, económico, social, político, etc., como una figura importante y autoritaria. Estamos demostrando que somos capaces de desempeñar todo aquello que nos proponemos.
Aunque la mujer se ha visto discrimida por razones de sexo, raza, por el simple hecho de ser madre, esta integración de la mujer al mercado laboral es imparable, y conseguiremos que se reconozca la igualdad.
Cada vez más, es la mujer quien se beneficia de programas sociales, y obtiene grandes ayudas tanto de sectores políticos como de otros más minoritarios. Cuando pasen algunos años y volvamos por un momento la vista atrás, comprobaremos que el camino ha sido duro pero que ha merecido la pena por conseguir todo aquello por lo que se ha luchado desde hace tanto tiempo como ha sido la integración de la mujer a los mismos campos que el hombre.

TEMA 5: ¿IGUALDAD DE OPORTUNIDADES ENTRE HOMBRES Y MUJERES?

La igualdad entre hombres y mujeres es un derecho que preocupa a todas las organizaciones sociales, políticas, además de ser uno de los principios fundamentales del Derecho comunitario. Aunque es un trabajo duro, se debe de garantizar la igualdad de oportunidades y de trato entre ambos sexos y en luchar contra toda discriminación basada en el sexo.
Desde mi punto de vista, pienso que hombres y mujeres debemos tener las mismas oportunidades en todos los terrenos, ya sean laborales, económicos, sociales, de independencia, etc.
Con los tiempos que corren; y supuestamente en una sociedad tan avanzada como en la que nos encontramos, no llego a entender como por el simple hecho de ser mujer nos cuesta muchísimo más trabajo que a un hombre obtener un mismo puesto empresarial, o por desempeñar un mismo cargo la retribución salarial es mucho más baja o simplemente necesitar tener más meritos para poder conseguir un mismo puesto en una empresa. Cuanto más profesionalizada y especializada es una tarea, mayor es la diferencia. En los cargos gerenciales, los hombres perciben sueldos que llegan al doble de lo que cobran las mujeres.
Creo que la desigualdad es muy llamativa, por no hablar de si se trata de países pobres o pocos industrializados y si encima la mujer es inmigrante. No quiere decir que conseguir la igualdad de las mujeres suponga un retroceso y acabar con “los privilegios de los hombres” (como piensan algunos), sino llegar a una sociedad equitativa en la que ambos sexos tengan las mismas oportunidades y que la extensión de los derechos beneficia a todos por igual.