jueves, 4 de junio de 2009

TEMA 6: GENERO, EMPLEO Y POBREZA

La pobreza está directamente relacionada con los niveles y patrones de empleo y las desigualdades que existen en la sociedad. Uno de los supuestos del trabajo decente es la eliminación de las desigualdades de género y la discriminación dentro del hogar, la comunidad, la economía y la política.

La pobreza continúa siendo un problema grave en gran parte del mundo. Según datos recogidos en el año 1997, un 44% de la población vivía bajo la línea de pobreza, afectando por mayoría al sector femenino.

Las desigualdades de género inciden en la pobreza de las mujeres y en su acceso desigual al poder y demás recursos para una vida digna. La feminización de la pobreza es un concepto que da cuenta de la incapacidad de satisfacer las necesidades básicas de mujeres, y la inequidad en la distribución de los beneficios socioeconómicos entre los sexos. Esto implica no solo la existencia de una mayor cantidad de mujeres pobres a nivel mundial, sino que también constituye una hipótesis acerca de la futura composición de la cohorte de los pobres.

La división del trabajo está relacionada a la pobreza de las mujeres, por las menores oportunidades de éstas para acceder a los recursos materiales y sociales y a la toma de decisiones en materias que afectan su vida y el funcionamiento de la sociedad, es decir, la responsabilidad que se le asigna a las mujeres en la mayor parte del trabajo es de tipo doméstico y de cuidado familiar (no tiene valor económico), mientras que el trabajo que puede desempeñar el hombre es mucho más técnico, se aprecia más y es más visible a nivel social. El trabajo que puede llegar realizar una mujer, ya sea dentro o fuera del hogar, puede ser igual o más duro que el del hombre y le dedican muchas más horas del día que ellos, ya que “no desconectan” en ningún momento. Pero la gran diferencia es que éste no es remunerado (quehaceres del hogar, cuidado de los hijos y ancianos, cuidado de la salud,etc.). Para amplios sectores de la población, esto impone restricciones a la participación de la mujer en condiciones de igualdad en el mundo laboral y genera una dependencia económica de la mujer con respecto al hombre.

Desde mi punto de vista, creo que las mujeres, especialmente las más pobres, tienen mayores dificultades para acceder al trabajo remunerado, debido a las barreras que le imponen sus tareas domésticas, su falta de formación e información o por pautas culturales que desfavorecen el trabajo femenino.

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